Si quieres alquilar una vivienda por cortos periodos de tiempo, encontrarás seguramente los términos alquiler turístico y alquiler vacacional. Es verdad que muchas veces, estos dos términos se utilizan para referirse a la misma cosa, pero es importante que conozcas las diferencias que existen entre los dos conceptos, sobre todo en cuando a su finalidad, gestión y regulación. Es importante entender bien estas diferencias, tanto para los propietarios como para los inquilinos porque pueden influir en aspectos legales, fiscales y de uso.
¿Qué es un alquiler turístico?
El alquiler turístico se refiere a una manera de arrendamiento de corta estancia que suele ser inferior a 31 días, y está en la mayoría de los casos destinada a personas que visitan una ciudad ya sea por motivos de ocio, trabajo u otros fines. Estos alojamientos son totalmente amueblados y equipados, y puedes encontrarlos en las plataformas digitales bajo una gestión profesional o semiprofesional.
En muchas comunidades autónomas de España, por ejemplo, las viviendas de uso turístico (VUT) tienen que ser registradas oficialmente y cumplir con unos requisitos técnicos y disponer de una licencia para alquilarlas. También, en algunos municipios tiene un limite al número de días al año en que la vivienda puede alquilarse como turística.
¿Qué es un alquiler vacacional?
El alquiler vacacional, en cambio, está relacionado al alquiler de viviendas que están situadas en zonas de playa o montaña, y se orienta a un público vacacional. Las estancias pueden variar, pueden ser de días, semanas o incluso meses, y muchas veces estas viviendas se alquilan directamente por el propietario, sin una gestión profesional.
Este tipo de alquiler suele ser más común en zonas rurales, donde la normativa suele ser más flexible. Pero, al igual que el alquiler turístico, este tipo de alquiler está también expuesto a regulaciones específicas dependiendo de la comunidad autónoma.
Las diferentes normativas y regulaciones para viviendas de uso turístico o vacacional
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta son las diferencias legales. En España, por ejemplo, cada comunidad autónoma regula el alquiler turístico y vacacional de forma independiente. Esto significa que lo que es legal en Andalucía puede no serlo en Madrid o en Barcelona.
- Registro obligatorio: en muchas regiones, las viviendas de uso turístico deben inscribirse en un registro oficial.
- Requisitos técnicos y de habitabilidad: como contar con ventilación, extintores, hojas informativas, etc.
- Limitaciones urbanísticas: en algunas ciudades se restringe el número de viviendas turísticas por zona.
- Inspecciones y sanciones: operar sin licencia o incumplir la normativa puede conllevar multas elevadas.
Entonces, podemos decir que aunque alquiler turístico y vacacional comparten similitudes, las diferencias legales, de uso y de gestión hacen que sea importante conocer bien las diferentes situaciones para evitar problemas y así, garantizar la seguridad legal para todos.